Qué hace únicos a los personajes


Tenía muchas ganas de escribir esta entrada, porque los personajes, su construcción, caracterización, evolución y demás son con diferencia lo que más me gusta de una novela.


Para mí los personajes son la base de todo. Son los que van a hacer que la historia sea tan real como tú la estás viendo en tu cabeza. Hacen que creas que estás ahí con ellos, enfrentándote a dragones, a relaciones imposibles o a facturas sin pagar. Van a rebelarse o a aceptar las cosas que les suceden, alegrándose o sufriendo, y tienen que conseguir que tú te desesperes o saltes de alegría junto a ellos. En definitiva, los personajes son el alma de las páginas. Están por encima del argumento, del lugar y de la acción; y puedes hacer la prueba. Puedes escribir un texto con una trama que no sea especialmente original, que si le pones personajes únicos y realistas tendrás una obra bastante apañada que quedará en el recuerdo. De esto John Green sabe mucho. Y aunque para gustos los colores y cada uno tiene su elemento favorito en una historia, es innegable que los personajes son una parte fundamental.

Pero ¿qué hacer para parir (porque es lo que hay que hacer, parir) personajes que resulten creíbles, que lleven de la mano al lector por la historia y a los que se les coja un cariño infinito o un odio visceral?

He leído muchísimas entradas sobre la construcción de personajes, todas ellas geniales. Lo que pasa es que al final la mayoría de ellas se reducen siempre a los mismos consejos (ojo, que son consejos más que válidos y por supuesto ideas que llevar a la práctica sin dudarlo), y como tengo una especie de pequeña gran obsesión con los personajes, me gustaría compartir cinco cosas que yo tengo en cuenta y considero de ayuda para escribirlos.

1. ¿Qué hace única a una persona?

Está claro que si queremos personajes realistas, lo primero que tenemos que hacer es basarnos en la misma realidad. ¿Qué es lo que hace que tu amigo sea tu amigo? ¿Qué hace ese tío que te cae tan mal para desquiciarte tanto? ¿Qué hizo que te enamoraras de tu pareja?

A lo mejor son gestos pequeñitos como una sonrisa nerviosa, que se lance de pronto a abrazarte o que le pique la piel cuando se asusta. A lo mejor ese tío te cae tan mal porque se rasca una ceja sin mirarte cuando le hablas, o porque tiene la costumbre de acercarse mucho a ti o de abrir demasiado la boca.

A lo que voy: todos tenemos gestos, manías, costumbres o incluso tics que nos delatan y nos diferencian. Si están ahí, ¿por qué no utilizarlos para dar profundidad al personaje? En los detalles está la diferencia.

2. ¿Qué hace que las relaciones se fortalezcan?

Igual de importantes que los personajes son las relaciones que muestran entre ellos. No vale de nada tener un súper personaje redondo y detallado pero que a la vez es un mutilado emocional que no se relaciona con nadie. Inciso: esto puede ser muy útil si quieres crear personajes con problemas emocionales, mentales o sociales. Hace poco empecé a desarrollar una idea para una historia en la que el personaje principal tiene mucha relación consigo mismo, y aunque socializa con los demás, lo hace de una forma muy superficial, porque es un auténtico sociópata. Es importante tener en cuenta el tipo de personaje que queremos crear. Fin del inciso.

Las relaciones se fortalecen cuando las personas pasan tiempo juntas. Cuando comparten gustos y aficiones y también cuando se divierten. Pero como casi todo, esto tiene dos caras.

Las relaciones también se ven fortalecidas por las discusiones, las decisiones (malas o buenas) y los momentos de debilidad en los que los demás están dispuestos a estar ahí para nosotros (o nosotros para ellos). Así que no temas meter a tus personajes en situaciones difíciles, tanto físicas como mentales, y hacer que tanto ellos como sus relaciones evolucionen.

3. ¿De dónde vienen las personas?

(No, que te veo venir. No hablo de cigüeñas que traen niños de París)

¿No te daría como miedito conocer un día a alguien y que resulte que no tiene un pasado, una vida o un origen? Sería inquietante cuanto menos (e incitaría a pensar si no es una especie de cyborg que ha aterrizado allí por error y está intentando camuflar sin éxito su verdadera naturaleza).

Pues con los personajes lo mismo. No puedes meter de pronto un personaje, que interactúa y hace cosas sin contar por qué las hace, qué hacía de pequeño o qué le ha llevado a ser así. No digo que lo cuentes todo al principio (aunque si te fijas, cuando conoces a alguien son las preguntas típicas que se hacen), y de hecho lo suyo sería ir dando información en pequeñas dosis, como los medicamentos. Hace falta mucho tiempo para conocer a alguien bien, y tú solo tienes una novela para conseguir crear el efecto de que el lector y el personaje son buenos y viejos amigos, así que esmérate. No cuentes cosas innecesarias como las veces que va al baño al día o con qué frecuencia se lava los dientes. Que sean cosas interesantes.

4. Somos impredecibles e incoherentes.

No somos máquinas. Probablemente ese cyborg de antes aterrizado de la nada tenga una compleja inteligencia artificial que le dicta cómo comportarse, pero todo eso está programado. Nada se sale de lo establecido y no hay lugar a variaciones. A no ser que seamos Sheldon Cooper, esto no se nos aplica a los humanos. Tenemos reacciones contradictorias, a veces hacemos cosas que nadie espera que hagamos, incluso si resultan un sinsentido. También libramos de vez en cuando pequeñas batallas internas en las que en un bando está, por ejemplo, algo te gusta y en el otro por qué no debería gustarte, contradiciendo aparentemente tus gustos y personalidad.

¿Por qué no mostrar eso en un personaje? Yo creo que eso le aporta matices más que interesantes.



5. La moralidad y la evolución negativa.

Me gusta cuando cojo un libro y el o la protagonista no es el héroe sacrificado que moriría sin dudarlo por todos nosotros, anteponiendo su vida a todo. A ver, ¿cuánta gente de verdad haría eso? Cada persona tiene unos límites (de bondad o maldad) que no está dispuesto a cruzar. Hay gente que ayuda altruistamente, sí, pero hay otros que lo hacen a cambio de algún beneficio. Hay gente que es un ángel por dentro y no va alardeando (o sí) y gente que es un demonio y no se molesta en ocultarlo (o sí). Con esto quiero decir que en la variedad está la gracia, y que aunque no seamos intrínsecamente malos o buenos, todos tenemos momentos en los que la moral es débil y dudosa.

Y esto me lleva al final: la evolución de un personaje.

No todos los personajes llegan al final de la historia habiendo aprendido una valiosa lección sobre la vida y siendo mejores personas a raíz de ello. Puede que no hayan cambiado nada en absoluto o que las circunstancias que se les han presentado les hayan sumido en la más absoluta miseria, en todos los sentidos. Tal vez se ha vuelto rencoroso con el mundo, tal vez ese aspecto negativo de su conducta se ha visto reforzado todavía más. O puede incluso que se haya vuelto loco con todo lo que ha pasado.

Una evolución negativa sigue siendo una evolución del personaje, tenlo en cuenta.

Espero que estos trocitos de experiencia te hayan servido y, de ser así, que compartas la entrada con estos botones tan bonitos que he conseguido poner.



Comentarios

  1. Me han gustado en especial los dos últimos puntos. Sobre el punto 4 me has hecho recordar que hace poco leí la reseña de un libro en el que autor criticaba la reacción de la protagonista (para especificarte un poco más: la protagonista se excita cuando un tío que le hizo daño tiempo atrás la aborda, pero al final ella se libra de él). A mí no me pareció una reacción tan extraña porque al fin y al cabo nuestro cuerpo a veces es así, no reacciona como a nosotros nos gustaría. Podemos pensar X y nuestro cuerpo reaccionar Y. Y ya no solo en esta cuestión, también nos contradecimos en nuestras propias palabras, gestos, etc.

    El último punto me ha hecho acordarme de Bierley y de un comentario que recibió hace poco mi novio por parte de un lector, le decía que no podía identificarse con los personajes porque ninguno era un héroe con sentido del honor y sentimientos nobles. Me hizo bastante gracia. Esto sobre todo ocurre en Wattpad, menos mal que fuera no. Y también es como dices: en algún momento todos hemos tenido momentos en los que hemos mentido, manipulado, sentido envidia, etc.

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    1. Es un buenísimo ejemplo. Eso que dices es algo sobre lo que no tenemos control, y si eso pasa realmente (por mucho que no nos guste, y menos nos guste admitirle), ¿por qué no hacer que nuestros personajes lo sufran? Es lo que los hace humanos.

      En el último punto yo también pensé mucho en Bierley ;) Me sentó mal que un personaje tan bien construido y tan real no llegara a la gente, y sentía que tenía que remarcar lo de los tipos de evoluciones.

      Lo de no identificarse con los personajes porque no son nobles y heroicos... La verdad, yo creo que es porque la gente que hace esos comentarios no se analiza a sí misma lo suficiente como para decir "pero vamos a ver, ¿yo de verdad haría esto?" Nos gusta pensar que somos honestos y buenas personas, pero todos tenemos defectos y dudas. Si no, no seríamos personas.

      Me he alegrado un montón de verte por aquí ^^ Un abrazo, Yolanda! ♥

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